Durante la dictadura y los primeros años de la democracia ( y también los segundos...) más de 800.000 niñ@s fueron arrancados de sus familias de origen para venderlos a otras.
En todos los casos se aprovechó la confusión y la buena voluntad de los padres verdaderos.
Les decían que su hijo o hija habían muerto durante el parto o inmediatamente después y luego le enseñaban una criatura fallecida (congelada como la de la foto). En medio de esa confusión de sentimientos que producía la muerte del hij@, actuaban las hienas que lo hacían por dinero.
Cualquier delito se paga con cárcel, pero ¿que pasa aquí?, ¿por qué tanta impunidad?, ¿no hay ganas de esclarecer los hechos?.....¡ Que son 800.000 familias afectadas y engañadas!. Son muchos sueños rotos y muchas vidas e identidades falsas.
Ahora, nos quieren engañar con pruebas de última generación, presentadonos a dos mujeres, que son como dos gotas de agua (gemelas más concretamente) y que después de hacerse las pruebas de ADN, parecen que no son ni de la misma familia. Yo las he visto en los medios de comunicación y mi opinión es bien distinta.
Resulta evidente que alguien está barriendo y metiendo la mierda debajo de la alfombra, con ayuda de las personas que guardan silencio y que son sus cómplices y tan culpables como ellos.
En otros países como en Argentina, las madres y abuelas de mayo han conseguido que se les devuelvan sus hij@s y niet@s robados, pero, aquí.....las cosas son y serán siempre distintas. Tan distintas que el Gobierno ha invertido en una nueva tecnología para estudiar el ADN que han traído del FBI americano. Pero, el que hizo la ley, hizo la trampa, y sólo serán aceptadas las pruebas de verificación del ADN realizadas por el ente gubernamental y claro está, a ellas no podrá acceder todo el mundo.
Indignada, me siento indignada por el hecho de que hay muchas familias buscando a sus hijos e hijas y muchos hijos e hijas buscando a sus familias biológicas.
Hay que esclarecer estos hechos, tenemos que hacer limpieza general y sacar fuera toda la mierda de la dictadura que continua debajo de la alfombra. Pero, es trabajo de toda la sociedad. No podemos seguir mirando a un lado como si la cosa no fuera con nosotros. No podemos mirar a las madres como si nos estuvieran contando la misma batallita de siempre y estuvieran un poco perturbadas.
Desde aquí pido a tod@s apoyo para que nos unamos a esas familias, 800.000 y para que de una vez por todas se conozca la verdad, para que aumenten loe reencuentros biológicos.
Tenemos más motivos para que seamos más los indignados en este país.
Para mi amiga, para que su lucha no cese.
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