Emamorarse es bonito y que dure el amor aún más. Pero, el amor eterno no existe, es una falacia, la prolongación de los cuentos infantiles que nuestras madres nos narraban cuando eramos pequeñas.
Tal como hoy está organizada la sociedad, la institución del matrimonio está anquilosada y añeja. En un mundo en el que las mujeres nos partimos la pana a diario por demostrar nuestra valía y en un mercado de trabajo en el cual tenemos los peores, más precarios y mal pagados puestos de trabajo, nos resulta muy dificil compatibilizar nuestra vida personal y laboral. Muchas, incluso hemos dejado de tener vida personal para tener vida familiar.
Casarse no tiene sentido, lo importante es tener una relación estable y satisfactoria, sin compromisos formales. El amor no es para siempre, dura lo que dura y ellos están entrenados para ser egoistas y las auténticas responsables de las relaciones familiares somos nosotras las mujeres.
Abogo por la prioridad de ser personas felices, sin ataduras, independientes económicamente y si luego surge el amor, bienvenido sea, pero sin contratos, con la libertad de quererse mientras dure.
No hay comentarios:
Publicar un comentario